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sábado, 27 de agosto de 2016

Reflexiones veraniegas

Practicamente están acabadas las vacaciones. Este año me incorporaré, una vez más, a una plaza provisional. La Comunidad de Madrid está recortando las plazas de griego poco a poco. Quien tiene un destino definitivo no ha notado el cambio. Los que hemos perdido el destino por distintas razones sí. De hecho a mí no me han asignado un puesto hasta el 29 de julio y es por Lengua Española no por Griego. Afortunadamente tengo ambas especialidades. A los profesores que están en expectativa de destino les han asignado una vacante de apoyo al área de Ciencias Sociales y Lengua, esto es ahora el PMAR (Programa de Mejora de Aprendizaje y Rendimiento), anteriormente Diversificación.
Algún compañero de fuera de Madrid creó una recogida de firmas para que se formaran grupos de griego y latín con menos 15 alumnos. Ahora solo se lo permiten a los grupos de religión. La Sociedad Española de Estudios Clásicos realizó gestiones al respecto. La respuesta es que se concederá tras petición razonada del director. Pero si uno no se lleva bien con el director no tiene ninguna posibilidad. Si no tiene un destino definitivo tampoco.
No sé qué asignaturas impartiré. No he podido adelantar nada durante el verano. Quizás a otras personas les dé igual, pero a mí me inquieta. Dentro de poco llegaré a los 30  años de docencia y siento que todo aquello que he aprendido a lo largo de estos años no sirve para nada, desperdiciándose por razones ajenas a mi voluntad.
En otro orden de cosas, estoy expectante sobre el tipo de alumnado que tendré este curso. En este año académico que finaliza he comprobado que el blog, el canal de Youtube o el sitio de Google no funcionaban. Es cierto que he descuidado el blog, pero no despertaba interés entre los pocos alumnos de cultura clásica que he tenido. Tendré que valorar si era más por el perfil del alumnado o por mí. Lo cierto es que el centro en el que me encontraba carecía de medios, pero no creo que haya sido solo esa la causa.
Imitando a la Guerra de las Galaxias, ¡Que la suerte nos acompañe!