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lunes, 11 de septiembre de 2017

Libros de texto

Después de cuatro años de no tomar decisiones de este tipo, ahora me encuentro con qué hacer con los libros de texto. La situación se agrava dado que hay diurno, nocturno y distancia y que la cultura clásica se la han asignado a una colega de francés que no sabe cómo enfrentarse a la asignatura. Y no, no tengo la definitiva en el centro. Sobre todo los alumnos de nocturno y distancia necesitan algo tangible. Pues he descubierto con cierto pavor que libros de griego en el mercado hay pocos. Yo soy muy partidaria del método Ἁθήναζε para griego, pero tengo que ponerme de acuerdo con mi compañera. Lamentablemente la editorial que menos me gusta es la primera en responder con muestras. Francamente, los libros de J.L. Navarro son de otra época. Les cambian las fotos, los decoran y añaden las programaciones actualizadas ( que no te proporcionan antes de decidir, por cierto) y ya está.
Esto en otras épocas se solucionaba con la tiza y mi voz pero los tiempos han cambiado mucho. ¡Resulta tan tentador aprovechar el trabajo maravilloso de otros compañeros como Ana Ovando y su niño griego! Me seguiré estrujando la poca materia gris que me queda un par de días más.


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