El nombre parece venir de la palabra griega Μελίτη, "rica en miel" o de la palabra púnica Maleth, que significa "refugio". Después de conocer la isla me inclino por la segunda opción. Es como un enorme portaviones, una base en el Mediterráneo, y eso es lo que entendieron los ingleses.
El archipiélago está formado por tres islas habitadas: Malta, Gozo y Comino y una serie de islotes pequeños.
Malta fue considerada por los romanos municipium y una foederata civitas, pero cuando naufragó allí S. Pablo en el 60 d.C. la población no habla ni griego ni latín (βάρβαροι) (Hechos de los Apóstoles, 28) si bien en las traducciones actuales, posteriores a 1960, habla de los nativos y no de los bárbaros, un detalle lingüístico interesante. Durante la época imperial Malta administrativamente dependía de Sicilia. Después de un breve dominio bizantino, fue conquistada por los árabes en el 870 hasta 1090 en que fue conquistada por los normandos de Sicilia. No fue tanto tiempo de dominación sin embargo el maltés es una lengua semítica. Algunos estudiosos apuntan que había un sustrato púnico que permitió al árabe extenderse.
El primer manuscrito conocido en maltés data de 1480, con vocabulario esencialmente semítico-árabe pero con alfabeto latino. En esa epoca Malta formaba parte de los dominios aragoneses, al igual que Sicilia. Durante la mayor parte de su historia medieval y moderna el archipiélago ha sido administrado y dominado culturalmente por una sucesión de regímenes extranjeros, asociados al poder lingüístico, frente a la lengua vernácula que no fue literaria hasta el s. XIX.
Cartel en maltés |
El maltés es la única lengua nacional europea de la familia semítica, con abundancia de palabras foráneas, muy especialmente del italiano pero también del español, francés e inglés. La lengua local se fue alejando del árabe y hoy son mutuamente incomprensibles. Como consecuencia de la colonización inglesa Malta es actualmente un país bilingüe.
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